junio 23, 2013

Indice Escudos Papales

Escudos Papales

Desde Inocencio III, cada papa de la Iglesia católica ha tenido su propio escudo, que le ha servido como insignia de su papado.
176 - Inocencio III - Roma (1198-1216)
177 - Honorio III - Roma (1216-1227)
178 - Gregorio IX - Anagni, Italia (1227-1241)
179 - Celestino IV - Milán, Italia (octubre-noviembre de 1241)
180 - Inocencio IV - Génova, Italia (1243-1254)


181 - Alejandro IV - Roma (1254-1261)
182 - Urbano IV - Troyes, Francia (1261-1264)
183 - Clemente IV - Saint-Gilles, Francia (1265-1268)
184 - Beato Gregorio X - Piacenza, Italia (1272-1276)
185 - Beato Inocencio V - Saboya, Italia (enero ó febrero-junio de 1276)
186 - Adrián V - Génova, Italia (julio-agosto de 1276)
187 - Juan XXI - Lisboa (1276-1277)
188 - Nicolas III - Roma (1277-1280)
189 - Martín IV - Francia (1281-1285)
190 - Honorio IV - Roma (1285-1287)

191 - Nicolas IV - Ascoli Piceno, Italia (1288-1292)
192 - San Celestino V - Pietro del Morrone, Italia (1294-1296)
193 - Bonifacio VIII - Anagni, Italia (1295-1303)
194 - Beato Benedicto XI - Treviso, Italia (1303-1304)

Durante este periodo los papas residen en Aviñón:

195 - Clemente V - Gironda, Francia (1305-1314)
196 - Juan XXII - Cahors, Francia (1316-1334)
197 - Benedicto XII - Saverdún, Francia (1334 ó 1335-1342)
198 - Clemente VI - Maumont, Francia (1342-1352)
199 - Inocencio VI - Monts, Francia (1352-1362)
200 - Beato Urbano V - Grizac, Francia (1362-1370)
201 - Gregorio XI - Rosier d'Egletons (1370 ó 1371-1378)

Los Papas regresan a Roma:

202 - Urbano VI - Nápoles, Italia (1378-1389)
203 - Bonifacio IX - Nápoles, Italia (1389-1404)
204 - Inocencio VII - Sulmona, Italia (1404-1406)
205 - Gregorio XII - Venecia, Italia (1406-1415)
206 - Martin V - Genazzano, Italia (1417-1431)
207 - Eugenio IV - Venecia, Italia (1431-1447)
208 - Nicolas V - Sarzana, Italia (1447-1455)
209 - Calixto III - Valencia, España (1455-1458)
210 - Pío II - Siena, Italia (1458-1464)

211 - Pablo II - Venecia, Italia (1464-1471)
212 - Sixto IV - Savona, Italia (1471-1484)
213 - Inocencio VIII - Génova, Italia (1484-1492)
214 - Alejandro VI - Valencia, España (1492-1503)
215 - Pío III - Siena, Italia (septiembre-octubre de 1503)
216 - Julio II - Savona, Italia (1503-1513)
217 - León X - Florencia, Italia (1513-1521)
218 - Adrián VI - Utrecht, Holanda (1522-1523)
219 - Clemente VII - Florencia, Italia (1523-1534)
220 - Pablo III - Viterbo, Italia (1534-1549)

221 - Julio III - Roma (1550 - 1555)
222 - Marcelo II - Macerata, Italia (abril-mayo de 1555)
223 - Pablo IV - Avellino, Italia (1555-1559)
224 - Pío IV - Milán, Italia (1559 ó 1560-1565)
225 - San Pío V - Alessandria, Italia (1566-1572)
226 - Gregorio XIII - Bolonia, Italia (1572-1585)
227 - Sixto V - Ascoli Piceno, Italia (1585-1590)
228 - Urbano VII - Roma (septiembre de 1590)
229 - Gregorio XIV - Somma Lombarda, Italia (1590-1591)
230 - Inocencio IX - Bolonia, Italia (octubre ó noviembre-diciembre de 1591)

231 - Clemente VIII - Fano, Italia (1592-1605)
232 - León XI - Florencia, Italia (abril de 1605)
233 - Pablo V - Roma (1605-1621)
234 - Gregorio XV - Bolonia, Italia (1621-1623)
235 - Urbano VIII - Florencia, Italia (1623-1644)
236 - Inocencio X - Roma (1644-1655)
237 - Alejandro VII - Siena, Italia (1655-1667)
238 - Clemente IX - Pistoia, Italia (1667-1669)
239 - Clemente X - Roma (1670-1676)
240 - Beato Inocencio XI - Como, Italia (1676-1689)

241 - Alejandro VIII - Venecia, Italia (1689-1691)
242 - Inocencio XII - Spinazzola, Italia (1691-1700)
243 - Clemente XI - Urbino, Italia (1700-1721)
244 - Inocencio XIII - Poli, Italia (1721-1724)
245 - Benedicto XIII - Gravina, Italia (1724-1730)
246 - Clemente XII - Florencia, Italia (1730-1740)
247 - Benedicto XIV - Bolonia, Italia (1740-1758)
248 - Clemente XIII - Venecia, Italia (1758-1769)
249 - Clemente XIV - Rimini, Italia (1769-1774)
250 - Pío VI - Cesena, Italia (1775-1799)

251 - Pío VII - Cesena, Italia (1800-1823)
252 - León XII - Fabriano, Italia (1823-1829)
253 - Pío VIII - Cingoli, Italia (1829-1830)
254 - Gregorio XVI - Belluno, Italia (1831-1846)
255 - Beato Pío IX - Senigalia, Italia (1846-1878)
256 - León XIII - Anagni, Italia (1878-1903)
257 - San Pío X - Treviso, Italia (1903-1914)
258 - Benedicto XV - Génova, Italia (1914-1922)
259 - Pío XI - Milán, Italia (1922-1939)
260 - Pío XII - Roma (1939-1958)

261 - Beato Juan XXIII - Bérgamo, Italia (1958-1963)
262 - Pablo VI - Brescia, Italia (1963-1978)
263 - Juan Pablo I - Belluno, Italia (26 de agosto-28 de septiembre de 1978)
264 - Juan Pablo II - Wadowice, Polonia (1978-2005)
265 - Benedicto XVI - Marktl, Alemania (2005-2013)
266 - Francisco - Buenos Aires, Argentina (2013 actual)

Santoral de los Papas

Santoral de los Papas


Enero
Febrero
11- San Pascual I
20-29- San Félix II (Antipapa)
22- San Telésforo
28-29 San Hilario
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
28- San Víctor I
29- San Félix II (Antipapa)
Agosto
20-21- San Pío X
26-29 San Ceferino
Septiembre

3- San Gregorio I Magno
3- San Pío X (calendario anterior)
4- San Bonifacio I
16- Beato Víctor III
20- San Agapito I
22- San Félix IV (calendario anterior)
23- San Lino
23-24- San Liberio (no aparece en el santoral)
26- San Eusebio
26- San  Pablo VI
28- Juan Pablo I
Octubre
11- Beato Inocencio V (Junio 22)
11- San Juan XXIII
Noviembre
Diciembre

junio 22, 2013

Beato Inocencio V, Papa

Beato Inocencio V, CLXXXV Papa
Junio 22


185 -Beato Inocencio V (Pedro de Tarentaise): Savoya; Enero 21 (Febrero 22) - Junio 22, 1276.
Nació en Sutron (Saboya). Elegido el 22.II.1276, murió el 22.VI.1276. En su Cónclave se observó el mayor secreto. Extendió el cristianismo a la lejana Mongolia, bautizando a los tres Embajadores enviados por el Gran Khan.
(Pedro de Tarentasia)


Martirologio Romano: En Roma, en Letrán, beato Inocencio V, papa, el cual, perteneciente a la Orden de Predicadores, enseñó teología en París y ocupó, a su pesar, la sede episcopal de Lyon. Junto con san Buenaventura, preparó el segundo concilio ecuménico de Lyon, para tratar de la unión entre latinos y griegos, y elevado a la cátedra de san Pedro, desempeñó su oficio por breve tiempo, más mostrado que dado a la Iglesia Romana. (1276). (c.1224 - 1276).

Nacido en Tarentasia, hacia el 1225; elegido en Arezzo el 21 de enero de 1276; murió en Roma el 22 de junio de 1276. Tarentasia en el alto Isère en el sudeste de Francia ciertamente fue su provincia natal, y el poblado de Champagny con alta certeza fue su lugar de nacimiento. A los dieciseis años ingresó a la orden de los dominicos.

Luego de completar sus estudios en la Universidad de París, de dónde se graduó con una maestría en teología sagrada en 1259, logró distinción como professor de esa institución, en la cual se le conoce como “el más famoso doctor” (Doctor famosissimus). Por algún tiempo fue provincial de su orden en Francia, fue nombrado Arzobispo de Lyon en 1272 y Cardenal-obispo de Ostia en 1273. Jugó un papel importante en el Segundo Concilio Ecuménico de Lyon (1274), durante el cual dio dos discursos a los padres conciliares y también pronunció la oración fúnebre de San Buenaventura.

Al ser elegido sucesor de Gregorio X, de quien era consejero íntimo, tomó el nombre de Inocencio V y fue el primer papa dominico. Su política fue pacifista. Buscó la reconciliación entre los güelfos y los gibelinos en Italia, restauró la paz entre Pisa y Lucca y, medió entre Rodolfo de Habsburgo y Carlos de Anjou. Asímismo, buscó consolidar la unión de los griegos con Roma, la cual había sido pactada en el Concilio de Lyon.

Es el autor de varias obras relacionadas con la filosofía, teología y leyes canónicas, algunas de las cuales aún no se han publicado. La más importante de éstas es su “Comentario sobre las Sentencias de Pedro Lombardo” (Toulouse, 1652). Cuatro tratados filosóficos también son de autoría suya: “De unitate formæ”, “De materia cæli”, “De æternitate mundi”, “De intellectu et voluntate”. Algunos críticos también le adjudican un comentario sobre las Epístolas Paulinas, el cual frecuentemente se publica bajo el nombre de Nicolás de Gorran (Colonia, 1478).
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Fuente: Enciclopedia Católica | ACI Prensa

junio 20, 2013

Antipapa: Significado y Lista

Antipapa: Significado y Lista

Antipapa es la persona que, con la intención de ser reconocido como tal o tomar su lugar, usurpa o pretende usurpar las funciones y poderes que corresponden a un Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana legítimamente elegido.

El título se utiliza especialmente cuando se trata del papa en cuanto cabeza visible de la Iglesia como obispo de Roma, sea en oposición a un pontífice o bien en periodos de sede vacante. El título de antipapa no implica necesariamente la adhesión a una doctrina contraria a la fe católica, sino únicamente la pretensión de usurpar una jurisdicción que no le pertenece según esta Iglesia.

Causas
Históricamente, los antipapas surgieron por diversas razones, siendo tres las principales:

  •     Discordancia doctrinal.
  •     Deportación o encarcelamiento del pontífice.
  •     Doble elección.

El primer antipapa fue San Hipólito de Roma, cuyo papado se extendió entre los años 217 y 235, y el último reconocido canónicamente por la Iglesia Católica fue Félix V (1440-1449), elegido por el Concilio de Basilea.

Discordancia doctrinal
Ocurre cuando una de las partes (con mayor probabilidad el antipapa) difiere doctrinalmente del legítimo pontífice y es favorecido por las autoridades o el pueblo. El primer antipapa, (San Hipólito de Roma), se proclamó debido a su oposición a los papas San Ceferino y San Calixto I, a los que acusó de laxismo. El antipapa Novaciano también se proclamó por discordancia doctrinal al adoptar el montanismo, mientras que el antipapa Félix V fue elegido por favorecer la teoría conciliar de la Iglesia.

En el siglo XX aparecieron algunos antipapas como reacción contra el Concilio Vaticano II, denominados partidarios del sedevacantismo por postular que la sede está vacante, lo que los lleva a ellos mismos a acusar de antipapas a todos los pontífices desde dicho evento inaugurado por Juan XXIII.

Deportación o encarcelamiento del pontífice
Sucedió cuando el poder temporal intervenía activamente en la Iglesia Católica. Casi siempre los emperadores (del Imperio romano y luego del Sacro Imperio Romano Germánico) deponían al legítimo pontífice, lo desterraban o encarcelaban y ponían en su lugar a uno de sus favoritos si aquél les contradecía. Félix II fue un claro ejemplo, elevado por el emperador Constantino II que se inclinaba por el arrianismo. Por cuestiones meramente políticas se puede citar a Pascual III nombrado por Federico I Barbarroja e instalado en la Santa Sede mientras que el verdadero papa, Alejandro III tuvo que exiliarse.

Ha ocurrido también que las disposiciones del poder temporal influyeron contra un papa legítimamente electo, después de su muerte, a fin de cobrar antiguas afrentas. Tal ocurrió con el papa Formoso, cuyo cadáver fue juzgado en el concilio cadavérico por el papa Esteban VI (que apoyaba a Lamberto de Espoleto para la corona del Sacro Imperio) por supuestos errores eclesiásticos y herejía: le hizo quitar las vestiduras pontificias, mutilarlo y arrojar sus restos al Tíber, declarándolo antipapa. Los papas Teodoro II y Juan IX rehabilitaron la figura de Formoso.

Doble elección
Ocurre cuando en la Iglesia se enfrentan dos o más facciones y cada una organiza un cónclave y elige a su propio pontífice. Al darse esta situación, es común que ambos papas luchasen para apoderarse de Roma. Es la más compleja de todas las situaciones, porque hubo momentos en los que era difícil determinar qué papa era el legítimo.

Entre los años 896 y 904 se eligieron varios papas y antipapas. La situación llegó a su punto culminante cuando Roma se encontró seriamente dividida entre los partidarios del papa León V y el antipapa Cristóbal. La situación fue salvada después de que Sergio III (tercero en reclamar el pontificado) prendiera a los dos disputantes y los hiciera estrangular, quedando como único pretendiente.

La situación se ejemplifica mucho mejor estudiando el Gran Cisma de Occidente, que estalló después de la elección de Urbano VI en el año 1378, debido a su comportamiento, los vicios de su corte y las dudas sobre su ortodoxia. Los cardenales se volvieron a reunir en la ciudad de Fondi, Italia y en un cónclave depusieron a Urbano VI para elegir al antipapa Clemente VII, que se trasladó a Aviñón. El cisma se prolongó durante medio siglo, durante el cual se ensayaron varias soluciones, desde el cese de ambos pretendientes hasta la convocatoria a un concilio.

Finalmente, se reunieron en la ciudad de Pisa los obispos y cardenales de ambos bandos, pero únicamente añadieron otro pretendiente. Tras largas disputas, se reunió el Concilio de Constanza, que depuso a todos los pretendientes y eligió a Martín V.
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  • Lista de Antipapas reconocidos por la Iglesia Católica
San Hipólito (217-235) 
Novaciano (251) 
San Félix II (335-365) 
Ursino (366-367) 
Eulalio (418-419) 
Lorenzo (498; 501-505) 
Dióscuro (530) 
Teodoro (687) 
Pascual (687-692) 
Constantino II (767-769) 
Felipe (768) 
Juan (844) 
Anastasio (855) 
Cristóbal (903-904) 
Bonifacio VII (974-985) 
Juan XVI (997-998) 
Gregorio (1012) 
Benedicto X (1058-1059) 
Honorio II (1061-1072) 
Clemente III (1080; 1084-1100) 
Teodorico (1100) 
Alberto (1102) 
Silvestre IV (1105-1111) 
Gregorio VIII (1118-1119) 
Celestino II (1124) 
Anacleto II (1130-1138) 
Víctor IV (1159-1164) 
Pascual III (1164-1168) 
Calixto III (1168-1178) 
Inocencio III (1179-1180) 
Nicolás V (1328-1330)
  • Gran Cisma de Occidente
Clemente VII (1378-1394) 
Benedicto XIII (1394-1423) 
Alejandro V (1409-1410) 
Juan XXIII (1410-1415)
  • Antipapas no oficiales de la Iglesia
Clemente VIII (Antipapa) (1423-1429) 
Benedicto XIV (Antipapa) (1425-1430) 
Félix V (1440-1449)

junio 12, 2013

San León III, Papa

San León III, Papa
Junio 12

96 -San León III: Roma; Diciembre 26 (27), 795- Junio 12, 816.

Nació en Roma. Elegido el 17.XII.795, murió el 12.VI.816. Con la coronación de Carlo Magno celebrada en S. Pedro en la noche de Navidad del 800 se reconstituyó el imperio de occidente llamado Sacro Imperio Romano. Fundó la Escuela Palatina de la cual trae origen la Universidad de París.

Legado: fundó la Universidad de París
Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, san León III, papa, quien coronó como emperador romano al rey de los francos, Carlomagno, y se distinguió por su defensa de la recta fe acerca de la divina dignidad del Hijo de Dios. 816.

Fecha de nacimiento desconocida; murió en 816. Fue elegido el mismo día que fue enterrado su predecesor (26 de diciembre de 795), y consagrado al día siguiente.
Es bastante probable que esta prisa fuera debida a un deseo de los romanos de evitar cualquier interferencia por parte de los francos en su libertad de elección. León era romano, hijo de Aciupio e Isabel. En el momento de su elección era cardenal de Santa Susana, y aparentemente también “vestiarius”, o sea jefe del tesoro pontificio (o guardarropa).

Junto con la carta dirigida a Carlomagno en la que le informaba de que había sido elegido papa por unanimidad, León le envió las llaves de la confesión de San Pedro y el estandarte de la ciudad. Esto lo hizo para mostrar que consideraba al rey franco el protector de la Santa Sede. A cambio recibió de Carlomagno cartas de felicitación y una parte considerable del tesoro que el rey había tomado a los ávaros. La adquisición de esta riqueza fue una de las causas que permitieron a León ser un gran benefactor de las iglesias e instituciones de caridad de Roma.
Empujados por los celos, por la ambición o por sentimientos de odio y venganza, un cierto número de parientes del Papa Adriano I urdieron un plan para hacer a León indigno de ejercer su sagrado oficio. Con ocasión de la procesión de las Grandes Letanías (25 de abril de 799), cuando el papa se dirigía hacia la Puerta Flaminia, fue repentinamente atacado por un grupo de hombres armados. Fue arrojado al suelo, donde intentaron arrancarle la lengua y sacarle los ojos. Después de un tiempo sangrando en la calle, fue trasladado por la noche al monasterio de San Erasmo, en el Celio.

Allí, de una manera al parecer bastante milagrosa, recuperó el uso total de los ojos y la lengua. Huyendo del monasterio, se trasladó, acompañado de muchos romanos, a la corte de Carlomagno. Fue recibido por el rey franco con todos los honores en Paderborn, a pesar de que sus enemigos habían llenado los oídos del rey de maliciosas acusaciones contra él.

Después de unos meses de estancia en Alemania, el monarca franco le envió con una escolta de vuelta a Roma, donde fue recibido con gran demostración de júbilo por todo el pueblo, tanto naturales como extranjeros.

Los enemigos del papa fueron juzgados por los enviados de Carlomagno y, como no fueron capaces de probar la culpa de León ni la inocencia de ellos mismos, fueron enviados como prisioneros a Francia (Reino de los francos). Al año siguiente (800) Carlomagno en persona fue a Roma, y el papa y sus acusadores fueron puestos frente a frente. Los obispos reunidos declararon que no tenía derecho a juzgar al papa; pero León, por su propia voluntad, con el objetivo, como dijo, de disipar cualquier sospecha en las mentes de aquellos hombres, declaró bajo juramento que era totalmente inocente de los cargos que se habían presentado contra él.

A petición suya, la pena de muerte emitida contra sus principales enemigos fue conmutada por una sentencia de exilio.

Unos días después, León y Carlomagno volvieron a reunirse. Fue el día de Navidad en San Pedro. Después de leer el Evangelio, el papa se acercó a Carlomagno, que estaba de rodillas ante la Confesión de San Pedro, y le colocó una corona en la cabeza. Inmediatamente la muchedumbre reunida en la basílica pronunció el siguiente grito: “¡A Carlos, el más pío Augusto, coronado por Dios, a nuestro grande y pacífico emperador, larga vida y victoria!” Por este acto, resurgió el Imperio de Occidente y, al menos en teoría, la Iglesia declaró que el mundo estaba sujeto a un solo poder temporal, como Cristo lo había hecho sujeto a un solo poder espiritual. Se entendió que la primera obligación del nuevo emperador era ser el protector de la Iglesia romana y de la Cristiandad contra los paganos.

Con la vista puesta en la alianza entre Oriente y Occidente bajo el efectivo gobierno de Carlomagno, León se esforzó en promover el proyecto de un matrimonio del emperador con la princesa de Oriente Irene. Sin embargo, el destronamiento de ésta (801) impidió que este excelente plan pudiera ser llevado a cabo. Unos tres años después de la partida de Carlomagno de Roma (801), León volvió a cruzar los Alpes para verle (804). Según algunos, fue a discutir con el emperador la división de sus territorios entre sus hijos.


En cualquier caso, dos años después fue invitado a dar su aprobación a las previsiones del emperador para la mencionada partición. Actuando igualmente en armonía con el papa, Carlomagno combatió la herejía del adopcionismo que había surgido en España, pero fue algo más allá que su guía espiritual cuando deseó provocar la inserción general del “Filioque” en el Credo de Nicea. No obstante, los dos actuaron de consuno cuando hicieron a Salzburgo la sede metropolitana de Baviera y cuando Fortunato de Grado fue compensado por la pérdida de su sede de Grado con la entrega de la de Pola. La acción conjunta del Papa y el Emperador se sintió incluso en Inglaterra. Gracias a ella, Eardulfo de Northumbria recuperó su reino y se resolvió la disputa entre Eambaldo, arzobispo de Cork, y Ulfredo, arzobispo de Canterbury.

 Sin embargo, León tenía muchas relaciones con Inglaterra por su cuenta. Bajo su mandato, el sínodo de Beccanceld (o Clovesho, 803) condenó el nombramiento de laicos como superiores de monasterios. De acuerdo con los deseos de Etelardo, arzobispo de Carterbury, León excomulgó a Eadberto Praen por usurpar el trono de Kent; además, retiró el palio que había sido concedido a Litchfield, autorizando la restauración de la jurisdicción eclesiástica de la Sede de Canterbury “como lo había establecido San Gregorio Apóstol y patrono de los ingleses”.

León también fue llamado para solventar las diferencias entre el arzobispo Ulfredo y Cenulfo, rey de Mercia. Muy poco se sabe acerca de las diferencias entre ellos, pero, quienquiera que fuera el más culpable, lo cierto es que el arzobispo fue el que más sufrió. Parece que el Rey indujo al Papa a suspenderle en sus funciones episcopales y a mantener el reino bajo una especie de interdicto durante seis años. Hasta la hora de su muerte (822), el ansia de oro provocó que Cenulfo continuara la persecución del arzobispo. Lo mismo hizo con el monasterio de Abingdon: hasta que no recibió una gran suma de dinero de su abad, no decretó la inviolabilidad del monasterio, actuando, como declaró, a petición del señor apostólico y muy glorioso Papa León.

Durante el pontificado de León III, la Iglesia de Constantinopla se encontraba en una situación de tensión. Los monjes, que prosperaban durante este periodo bajo la guía de hombres como San Teodoro el Estudita, sospechaban de lo que ellos concebían como los principios laxos de su patriarca Tarasio, y se oponían vigorosamente a la malvada conducta de su emperador Constantino VI. Con el propósito de ser libre para casarse con Teodota, el soberano se había divorciado de su mujer, María. Aunque Tarasio condenó la conducta de Constantino, rehusó, emperador, para evitar males mayores, a excomulgarle. Por haber condenado su nuevo matrimonio, Constantino castigó a los monjes con las penas de prisión y destierro. Afligidos, los monjes pidieron ayuda a León, como hicieron cuando fueron maltratados por oponerse a la arbitraria rehabilitación del sacerdote a quien Tarasio había degradado por casar a Constantino con Teodota. El Papa replicó, no sólo con palabras de alabanza y ánimo, sino también con el envío de ricos presentes; y, tras la llegada de Miguel I al trono bizantino, ratificó el tratado entre Carlomagno y él para asegurar la paz entre Oriente y Occidente.

El Papa y el Emperador de los francos actuaron conjuntamente, no sólo en la última operación mencionada, sino en todos los asuntos de importancia. Siguiendo el consejo de Carlomagno, León, para rechazar las violentas incursiones de los sarracenos, mantuvo una flota, de suerte que la línea costera era regularmente patrullada por sus navíos de guerra. No obstante, debido a que no se consideraba competente para mantener a los piratas musulmanes fuera de Córcega, confío la protección de la isla al Emperador. Apoyado por Carlomagno, fue capaz de recuperar una parte del patrimonio de la Iglesia romana en los alrededores de Gaeta, y pudo administrarlo de nuevo a través de sus párrocos. Pero cuando murió el gran Emperador (28 de enero de 814), los malos tiempos volvieron a León. Una nueva conspiración se formó contra él, pero en esta ocasión el Papa fue informado de ella antes de que llegara a un punto crítico.

Ordenó que los cabecillas de la conspiración fueran detenidos y ejecutados. Apenas se había eliminado esta conspiración cuando un grupo de nobles de la Campania se levantaron en armas y se dedicaron al pillaje por toda la región. Estaban preparándose para marchar sobre la misma Roma cuando fueron derrotados por el duque de Spoleto, a las órdenes del Rey de Italia (Langobardía o Lombardía). Las enormes sumas de dinero que Carlomagno entregó al tesoro papal permitieron a León llegar a ser un eficaz protector de los pobres y mecenas del arte; así, llevó a cabo obras de renovación en las iglesias de Romas e incluso en las de Ravena. Empleó el imperecedero arte del mosaico, no solamente para retratar las relaciones políticas entre Carlomagno y él mismo, sino fundamentalmente para decorar las iglesias, en particular su iglesia titular de Santa Susana. Hasta finales del siglo XVI se podía contemplar una figura de León en un mosaico de esa antigua iglesia.


León III fue enterrado en San Pedro (12 de junio de 816), donde se encuentran sus reliquias, junto a las de Santos León I, León II y León IV. Fue canonizado en 1673. Los denarios de plata de León III todavía existentes llevan el nombre del Emperador además del de León, mostrando así al Emperador como protector de la Iglesia y señor de la ciudad de Roma.
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Fuente: Enciclopedia Católica | ACI Prensa