San Siricio,
Papa
Noviembre 26
Noviembre 26
38 -San Siricio I: Roma; Diciembre 15 ( 22 o 29), 384 -Noviembre 26, 399.
Nació en Roma. Elegido el 15.XII.384, murió el 26.XI.399. El primero después de San Pedro que adoptó el título de Papa del griego "Padre". Otros dicen que deriva del anagrama de la frase "Petri-Apostoli-Potestatem-Accipens". Apoyó la necesidad del celibato para los sacerdotes y diáconos.
Martirologio Romano: En el cementerio de Priscila, en la vía
Salaria Nueva de Roma, san Siricio, papa, a quien alaba san Ambrosio como
verdadero maestro, ya que, consciente de su responsabilidad sobre todos los
obispos, les dio a conocer los documentos de los Padres, confirmándolos con su
autoridad apostólica. 399.
Papa de la Iglesia Católica entre 384 y su muerte, en 399.
Al morir el papa Dámaso I, el más fuerte candidato para sustituirle era Jerónimo, pero debido a su fuerte carácter y comentarios hirientes no tuvo la aceptación necesaria. Fue elegido Siricio, quien comenzó su pontificado en 384. Disgustado por esta elección, Jerónimo abandonó Roma y se marchó a Oriente.
Siricio es el primer papa en utilizar su autoridad en sus decretos utilizando palabras como: "Mandamos", "Decretamos", "Por nuestra autoridad..." en el estilo retórico típico del emperador. Siricio fue también el primero en usar el título de Papa.
Consagró la primera basílica de San Pablo Extramuros. Su nombre aún puede verse en una de las columnas de esta basílica que no fue dañada durante el incendio de 1823 que casi la destruyó totalmente.
Decretó el celibato para los clérigos.
Murió el 26 de noviembre de 399 y está enterrado en la catacumba de Priscila.
No fue hasta el siglo XVIII que su nombre fue incluido en la lista de los santos por el papa Benedicto XIV
S. SIRICIO (384-399) Nació c 334
en Roma. Fue diácono con Liberio y Dámaso. Elegido por aclamación, fue el
primero en asumir el apelativo de papa, que en griego significa padre. Gozó de
la estima y de la simpatía del emperador Valentiniano II, pero no de la de S.
Jerónimo, a quien además no todo el clero romano le
gustaba.
Siguió la línea rigurosa y
"monárquica" de Dámaso, reafirmando la supremacía del obispo de Roma y
reivindicando para éste las decisiones más importantes en tema de disciplina y
de derecho eclesiástico. Sus escritos tienen la fuerza decretalia (decretos) a
la manera imperial, donde una afirmación no tiene fundamento en una base de
derecho, sino que tiene su justificación en sí misma. Siricio no exhorta y no
amonesta como lo hicieran sus antecesores, sino que manda y
prohíbe.
Celebró en Roma un sínodo, en el
que se afirmó la superioridad de la Iglesia de Roma sobre todas las demás. Se
prescribió el celibato a los sacerdotes y a los diáconos, y se dispuso que sólo
los obispos podían ordenar a los sacerdotes y que también los monjes podían ser
obispos.
Biografías de Los Papas, en el "Grupo Vidas Santas"
Es datable en aquellos años la conversión de San Agustín. Fue hombre enérgico, capaz de hacerse respetar por todos y en cualquier circunstancia. El emperador Teodosio, por ejemplo, era culpable de un grave delito: había destruido la ciudad de Tesalónica, que se le había rebelado, matando a más de 7.000 personas. Arrepentido, pidió que fuera readmitido en el seno de la Iglesia, El papa Siricio le otorgó el perdón, pero pretendió una pública enmienda y humillación.
Biografías de Los Papas, en el "Grupo Vidas Santas"
Es datable en aquellos años la conversión de San Agustín. Fue hombre enérgico, capaz de hacerse respetar por todos y en cualquier circunstancia. El emperador Teodosio, por ejemplo, era culpable de un grave delito: había destruido la ciudad de Tesalónica, que se le había rebelado, matando a más de 7.000 personas. Arrepentido, pidió que fuera readmitido en el seno de la Iglesia, El papa Siricio le otorgó el perdón, pero pretendió una pública enmienda y humillación.
Otro ejemplo de su severidad y
potestad: condenó por hereje y expulsó de la Iglesia al monje Joviniano que,
tras una vida de ayunos y mortificaciones, llegó a teorizar la completa igualdad
entre pureza y pecado carnal. Un cristiano, decía, una vez que haya "asimilado
profundamente el sentido del bautismo" ya no puede pecar. Una doctrina que
permitía cúalquier libertinaje. Se le opuso fuertemente también S. Jerónimo y S.
Ambrosio.
Siricio está enterrado en la
iglesia de S. Práxedes en Roma.
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